ENCENDIDO
Después de realizar el corte, enciendo el extremo abierto del puro con una llama cautelosa. Aplico el calor de manera uniforme, evitando dañar el tabaco. Con cada giro del puro, la llama envuelve delicadamente la punta y, poco a poco, las primeras volutas de humo se alzan hacia el cielo.
A medida que inhalo el primer bocanada, los sabores sutiles y los matices terrosos danzan en mi paladar, mientras la suave fragancia del tabaco llena el aire. La sensación de relajación y deleite se apodera de mí, sumergiéndome en un momento de placer y contemplación.
El corte y encendido de un puro marcan el inicio de un viaje de disfrute, donde el tiempo se desacelera y los sentidos se agudizan. Es un acto de apreciación y conexión con la tradición y la artesanía, que brinda un deleite único para aquellos que se aventuran en el mundo del tabaco de calidad.